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Prácticas mágicas

Después de la «desintoxicación» de la semana pasada, volvemos al mundo de la fantasía. Hoy traigo la reseña de Prácticas mágicas, de Nahikari Diosdado.

Sinopsis

Argi ha terminado la carrera de Historia de la Magia en la universidad. Lo único que le queda es hacer las prácticas: trabajar gratis para el Consorcio durante un breve periodo de tiempo y conseguir así su «aprobación» y, por consiguiente, el título. El sitio que ha escogido, a falta de magia poderosa que pueda usar para demostrar su valía, es el centro de envejecimiento mágico. Un lugar tranquilo en el que trabajar cuidando de personas ancianas sin mayores sobresaltos.

Aunque, en realidad, un centro lleno de personas seniles y con poderes mágicos muy poderosos puede no resultar el remanso de paz que Argi esperaba.

Diversión en la residencia de ancianos

Ya solo con ver la llamativa portada (obra de Liberlibelula) sabes que Prácticas mágicas no es una historia típica. Y la sinopsis no deja lugar a dudas sobre lo que te vas a encontrar: una historia nada convencional con la que pasar un buen rato. Y desde luego, el libro no defrauda.

Personajes de Prácticas mágicas

El protagonista es Argi, un chico lleno de inseguridades que acaba de terminar sus estudios de Historia de la Magia y que tiene que realizar unas prácticas para poder graduarse. Sensibilizado con el tema por tener él mismo que cuidar de su abuela, decide realizar las prácticas en un Centro de Envejecimiento (una residencia de ancianos, pero para viejas brujas brujas viejas).

Me ha dado un poco de penita el chico. Él, que parece tan poquita cosa, y que va con toda la ilusión del mundo, dispuesto a hacer que las viejecitas que ponen a su cargo estén lo mejor atendidas posible… y se encuentra lo que se encuentra, a saber:

Perdona hijo, ¿qué me decías?

Las cuatro Marías, las ancianitas a las que tiene que cuidar. Desde el primer momento se ve que el pobre Argi no lo va a pasar nada bien con ellas. Me encanta los motes que les pone: Cantarina Murmullitos, Miraditas, y Benita.

Y peor aún: se encuentra con Albóndiga. Sin querer destripar nada, me ha hecho mucha gracia la relación Argi-Albóndiga. Al principio no sabía muy bien qué pensar de él, pero lo cierto es que, a su manera, se hace querer.

Hay algún personaje secundario, como Olaya, a la que no he terminado de pillarle el punto en la historia. Otros, como la vieja Paca, hacen que te rías con más ganas aún (si es que no has tenido suficiente con las otras cuatro Marías).

Y como colofón…

Los momentos de tensión por los que pasa Argi van in crescendo a lo largo de la novela hasta llegar a un final desternillante, sorprendente y totalmente inesperado. Al menos, para mí.

Por si no tuviéramos suficiente con la historia en sí, la forma en la que está contada le añade un plus de humor y de originalidad. Al principio de cada capítulo leemos las anotaciones que el propio Argi hace en su cuaderno de prácticas. La forma en que cuenta sus peripecias es tanto o más graciosa que lo que le sucede en la residencia.

Esa es una de las grandes virtudes de este libro: que no deja de sorprenderte, de principio a fin. Y de sacarte sonrisas. Y eso, en los tiempos que corren, es todo un logro.

Muy recomendable para los que quieran pasar un ratito entretenido con una historia diferente.

Bonus track

Ahora poniéndonos serios, podemos sacarle una lectura adicional al libro. El tema que se trata en Prácticas mágicas es en realidad mucho más profundo y serio: el drama de los ancianos que no tienen a nadie en sus vidas; el de los centros geriátricos desbordados, carentes de los medios y los recursos necesarios para ocuparse con dignidad de esas personas. Una situación que, con el aumento de la esperanza de vida, será cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Un problema en el que la mayoría no pensamos, porque lo vemos como algo lejano, pero que está ahí, esperándonos.

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