Que Laura Gallego es un referente en la literatura juvenil nacional es un hecho. Son muchos los que empezaron a leer con sus libros: la famosa saga de Memorias de Idhún, las Crónicas de la Torre, Guardianes de la Ciudadela… Por eso somos legión los que nos hemos lanzado como locos a por su última novela, El ciclo del Eterno Emperador.
Sinopsis
Vida y muerte. Oro y sangre. Tal es el poder del eterno emperador de Akidavia.
El Eterno Emperador gobierna Akidavia durante mil años antes de morir para renacer de nuevo. Tras la muerte de su última encarnación, varios miembros del Consejo Imperial se presentan en una pequeña aldea en busca del recién nacido que alberga el alma de Su Divinidad y que, por tanto, debe ocupar el trono.
Esta es la historia de Vintanelalandali, decimoséptima encarnación del Eterno Emperador, educada desde niña para tomar las riendas del imperio en cuanto sus poderes despierten. Pero también es la historia de Kelan, un muchacho criado en un remoto rincón de Akidavia, cuya vida cambia de golpe el día en que decide desafiar a la autoridad local.
Cuando los destinos de ambos se crucen, el futuro del imperio tomará un giro inesperado.
Un mundo espectacular
Lo primero que quiero destacar de El ciclo del Eterno Emperador es el increíble mundo que ha construido Laura Gallego. Es, con diferencia, lo que más me ha gustado de la novela.
Akidavia es un imperio gigantesco formado por múltiples provincias. Todas son muy diferentes entre sí, con su propia orografía, pueblos y costumbres. En la novela solo conoceremos algunas de ellas, pero aún así, la cantidad de detalles que vamos descubriendo a lo largo del libro hacen que la inmersión en este mundo sea completa.
Curiosamente, quizá lo que menos detalladas están sean las descripciones. Esto permite que cada cual se imagine el mundo a su manera (y algunos post de tipo aesthetic en Instagram me lo han confirmado). Yo no he dejado de representarme Akidavia con tintes orientales y nepalíes. El motivo es bastante claro, ¿no?
El ciclo de reencarnaciones del emperador está claramente inspirado en los lamas. Aunque, como la propia Laura Gallego comenta en su web, la política de Akidavia es más parecida a la del imperio romano.
A la cabeza de este sistema de gobierno está un emperador al que se venera como a una divinidad. No solo puede llegar a vivir miles de años, sino que tiene dos poderes que lo convierten, de hecho, en un dios: el poder de devolver la vida y el de otorgar la muerte con un simple roce.
La magia en El ciclo del Eterno Emperador no se limita a estos poderes del emperador. Hay otro elemento más, y es uno de los que más me ha fascinado de la novela: las máscaras de los zaldrim, que conceden a sus portadores diferentes poderes según los dibujos que tengan. Me ha parecido un concepto muy original y del que se saca mucho provecho en la historia.
Protagonistas con gran evolución
Los protagonistas de la novela son Kelan, un muchacho humilde nacido en Gratitud, y Vintanelalandali, la última reencarnación del emperador.
El nombre de la futura emperatriz (porque aún no ha sido entronizada) es así de complejo a propósito: otro de los curiosos detalles de este mundo creado por la autora es que la longitud del nombre de los akidavos determina su clase social: cuantas más sílabas tenga, más alta será su posición en la escala social (y, de hecho, se pueden ganar y perder sílabas en el nombre a lo largo de la vida, como podremos comprobar).
A lo largo de las páginas veremos cómo los dos protagonistas evolucionan de una forma espectacular. Sobre todo Kelan. El chico, con el estigma de haber nacido durante la Larga Noche (el periodo que transcurre desde que muere un emperador hasta que nace su nueva reencarnación), se verá envuelto en un conflicto que hará que su vida, sencilla y humilde, se ponga patas arriba. Lanzado a un mundo hostil, no le quedará más remedio que crecer a la fuerza. Su evolución me ha parecido brutal, aunque en ocasiones alguna de sus reacciones me ha parecido poco creíble.
Por otro lado, Vinta (paso de copiar el nombre largo 😅) vive aislada en el palacio imperial, bajo la estrecha vigilancia de sus consejeros. Es una chica lista y curiosa, aunque se muestra muy insegura por haber llegado a los dieciséis aún sin poderes. Veremos cómo poco a poco irá reclamando el control no solo de su vida, sino del imperio que le ha tocado gobernar.
Junto a ellos, conoceremos a un buen elenco de personajes secundarios. Ran y Drif, por ejemplo, que tendrán un peso fundamental en la evolución de Kelan. O el grupo de consejeros de nombres impronunciables (como Kalinamanteni o Yinimakintanam… yo dejaba de leer a la tercera sílaba 😂), que serán decisivos en la historia de Vinta.
Trama intensa pero algo predecible
La novela comienza con un prólogo en el que vemos cómo dos de esos consejeros de nombres larguísimos llegan a un pueblo perdido en el que, según el augur, acaba de nacer la reencarnación del emperador. Y ya desde ese momento puedes sospechar lo que va a pasar a continuación.
El meollo de la historia, como digo, queda claro desde el mismo prólogo. No hay ningún pot twist de estos de llevarte las manos a la cabeza. Pero, aún así, la historia te atrapa casi desde el principio (casi; algunas partes iniciales pueden resultar un poco lentas).
La historia de Kelan está llena de problemas y de acción. La de Vinta, más sosegada, se centra en las intrigas palaciegas. Esto genera una dualidad curiosa y que se complementa perfectamente. A ello ayuda el ir alternando un capítulo de cada uno de los protagonistas. El detalle de que la historia de Vinta se nos cuente a modo de entradas escritas en su diario personal, además, le aporta un matiz muy original a la historia (aunque sea un poco increíble, la verdad; nadie es capaz de reproducir una conversación completa en un diario).
El pero de El ciclo del Eterno Emperador
Si tengo que ponerle una pega al libro, aparte de lo que ya he comentado de que no hay ningún giro que te haga volar la cabeza, es su final.
No es que sea un mal final: todo queda resuelto de forma coherente. Pero no sé, me esperaba algo más de intensidad, después de todo lo que había pasado a lo largo de la novela. Es como que todo se soluciona de forma muy sencilla, muy fácil. Me ha faltado un poquito más de chicha ahí. Pero bueno, esta es una opinión muy subjetiva, ¿eh?
Incluso con estos pequeños detallitos, el libro me ha encantado y, de hecho, lo he colocado entre mis mejores lecturas de 2021.
¿Te animas a leerlo? ¿Cuál es tu libro de Laura Gallego favorito?
Nota: Tanto el mapa como las ilustraciones de los protagonistas son obra de Vera Navarro y están extraídos de la web de Laura Gallego.