La entrada de hoy es extraña por varios motivos. Primero, porque la he retrasado un día: si sigues el blog sabrás que publico siempre los miércoles y hoy es jueves. Segundo, porque en esta entrada he mandado el SEO a la porra (espero que no me regañe mucho la seño 😅).
Pero creo que el motivo está más que justificado: hoy por fin mi primera novela, El Corazón de Deméter ya es real. Algunos lo tendrán ya disponible en sus Kindles desde anoche; otros lo recibirán en sus casas en uno o dos días.
El caso es que Acastos comienza su andadura. Y yo no puedo estar más contenta, nerviosa y agradecida.
CONTENTA, porque ha sido un camino muy largo que hoy llega a su ¿fin?. Bueno, digamos que a su primera meta 😄 Han sido muchos años desde que Acastos apareció en mi cabeza y me pidió que contara su historia. Cuando anuncié la preventa ya te expliqué más o menos cómo había sido el proceso de escritura, así que no la voy a repetir. Pero es que el trabajo no termina con el punto y final al manuscrito. Ni siquiera después de la corrección profesional.

Después de eso queda aún trabajo por hacer: buscar ilustrador y maquetador, trabajar con ellos hasta que queda todo perfecto (o lo más perfecto posible), pedir el ISBN, subir el libro a la plataforma de publicación, revisar, pedir una copia de prueba (¿me has visto llorar cuando la recibí?), revisar otra vez, echar cuentas para poner un precio, revisar otra vez porque los duendes cibernéticos existen y no sabes cuándo te van a cambiar cosas sin que te des cuenta…
Y luego está el trabajo de promoción, buscar reseñadores, dar la tabarra en redes sociales… Y ese trabajo aún me tendrá entretenida un par de meses, al menos.
NERVIOSA porque es inevitable cuando expones tu trabajo ante los demás. ¿Les gustará? ¿Me dejarán comentarios positivos? ¿Se me habrá escapado alguna errata? ¿Y si no le gusta a nadie? Está claro que no le va a gustar a todo el mundo, eso es imposible. Pero a pesar de que la primera reseña que tengo, publicada en Café Librería, es muy buena, el famoso síndrome del impostor ataca con más fuerza cuanto más cerca estás de tu meta. Ahora me toca mantener la serenidad, aceptar las críticas, tanto las positivas como las negativas, y tratar de aprender algo de todas ellas.
Y AGRADECIDA a todas las personas que me han ayudado a llegar hasta aquí. A David, por supuesto; a Alicia y a mis compis escritoras, las que me aguantan todos los días; y a las no escritoras, las que me aguantan desde hace años 😁
Y por supuesto a ti, que me lees en este Bosque cada semana. Sin ti todo este trabajo no tendría ningún sentido.
Decía Ana González Duque en su newsletter de la semana pasada que prefería hablar de objetivos, no de sueños. Los sueños parecen inalcanzables, mientras que los objetivos se pueden conseguir con esfuerzo y dedicación.
El Corazón de Deméter ya es real. Mi objetivo, mi sueño, ya es real.
Ahora, a por el siguiente 😆