Hoy os traigo la reseña de Humo y escarcha, de Vincent L. Ochoa y Helena Vicente. El libro fue inicialmente publicado por Insomnia y ahora los autores han autopublicado una nueva edición.
Sinopsis
La temperatura corporal de Mars es tan elevada que puede derretir plástico con el roce de los dedos, hervir el agua si intenta darse un baño y tostar el pan en segundos dando solo unas palmadas sobre la rebanada. Lejos de sentirse como un superhéroe, su extraña condición le resulta un fastidio cada vez más difícil de esconder y que pone en peligro su trabajo de hacerse pasar por Kyle Reaser, uno de los estudiantes más ricos de la universidad que le paga a cambio de obtener buenos resultados en los exámenes. Por si su vida no fuera lo suficientemente complicada, Mars no deja de coincidir con Edel, una extravagante chica de pestañas escarchadas que le acusa de seguirla por el campus. Ella también tiene un secreto: el frío que lleva dentro le impide tocar a nadie, se queda pegada al material escolar y congela cuanto le rodea. Cuando Mars y Edel descubren por accidente la singularidad del otro, enseguida se percatan de que sus encuentros no tienen nada de fortuitos y que las paranoias persecutorias de Edel son muy reales aunque no tengan relación con Mars, sino con algo mucho más oscuro y antiguo: una promesa ancestral que debe cumplirse antes del 21 de diciembre, fecha que señala el fin del calendario maya.
Protagonistas de Humo y escarcha: atípicos y bien desarrollados
Lo primero que quiero destacar de Humo y escarcha es la originalidad de sus protagonistas.
Mars desprende un calor infernal, Edel es un témpano de hielo. Lejos de considerarlo un superpoder, para ambos se trata de una condición indeseada que les hace la vida muy complicada. Viven tratando de ocultar su extraña anomalía, pero en los últimos tiempos ha ido empeorando y es casi imposible evitar que alguien se dé cuenta. ¿Os imagináis estar sentados en clase y que se chamusque la silla o la mesa en la que te apoyas? Pues eso es lo que le pasa a Mars, por poner un ejemplo.
Aparte de esta peculiaridad que comparten, los protagonistas son muy diferentes entre sí: Mars se ha criado en la calle, es un solitario, huraño y un tanto agresivo. Edel, por el contrario, es una chica feliz, rodeada de amigas, dulce pero decidida. Cuando las circunstancias los unen, los roces y las chispas entre ellos están aseguradas.
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la tremenda evolución de Mars a lo largo del libro. Edel, por el contrario, me ha parecido un poquito más plana. Claro que la situación personal de partida de cada uno contribuye a que se desarrollen de la manera en la que lo hacen.
La historia de Humo y escarcha: aliens y mayas
En la entrevista que les hice a los autores me contaron que querían escribir una historia de aliens, pero sin aliens.
Y eso es lo que vamos a encontrar: unos alienígenas a los que no se ve, pero que se intuyen. De una forma u otra están detrás de las decisiones que toman nuestros protagonistas y que les conducen sin poder evitarlo al desenlace de la historia.
A todo esto se le une la presión del inminente final del mundo que anunciaba el calendario maya para el solsticio de diciembre de 2012.
Es muy poco habitual que la cultura maya aparezca en la literatura, menos aún en la juvenil. Esta es una de las cosas que más me llamó la atención del libro. Aunque se trata de referencias sutiles, me ha gustado mucho cómo están integradas en la historia y lo bien que han aprovechado los autores estas creencias sobre el fin del mundo para ir construyendo toda la trama de la novela.
Acción sin pausa y tensión constante
Aunque tengo que reconocer que el principio se me hizo un pelín lento, llega un momento en la historia en el que la acción se dispara y es imposible soltar el libro. No solo porque los hechos se suceden a una velocidad de vértigo, sino porque la forma en la que está escrita la novela contribuye a esa sensación de rapidez.
Los autores han ubicado la acción de Humo y escarcha en los típicos campus de las universidades estadounidenses. Esto hace que puedan ahorrarse casi todas las descripciones de lugares, porque las hemos visto tantas veces en las películas que no nos cuesta ningún trabajo visualizar cualquiera de las escenas que nos narran. Lo mismo me ha pasado con la vivienda familiar de Edel. Es curioso cómo el cerebro rellena la información que no se da a partir de los recuerdos que ya tiene 😄
Esta falta de descripciones de localizaciones «comunes», que se detallan con apenas unas pinceladas, permiten que te concentres en lo que realmente importa: la acción y la tensión.
¿Y qué mejor manera de mantener esa tensión que con una cuenta atrás?
En el encabezado de cada capítulo encontramos la fecha en la que se desarrollan los acontecimientos. Toda la acción transcurre en el mes de diciembre de 2020, sabes que el fin del mundo está previsto para el día 22… ¿Podrías parar de leer cuando vas por el día 21? Pues eso 😁
Una buena historia que tiene precuela
Unos personajes carimáticos, una trama que te atrapa (aunque tarde un poquito en hacerlo), una tensión constante, un final impactante… Porque sí, el final es de infarto 😲
Todo ello narrado con un estilo sencillo y directo que hace que las páginas casi se te escurran entre los dedos… ¡Qué más se puede pedir!
Pues otra historia: Via Noctis, una precuela que se desarrolla algunos años antes que esta y que tiene como protagonista a Isabelle Larose, la antagonista de esta historia.
Si te gusta la fantasía urbana, espero que le des una oportunidad a esta historia. Ya me contarás qué te parece 😜.
