La autora invitada al Bosque de la Bruma Verde de hoy es Maeva Nieto. Acaba de publicar dos novelas, La alquimia secreta de las almas y De tinta y esperanza, que se unen a su primera obra, El buscador de estrellas. Si quieres saber más sobre ella y sus futuros proyectos, echa un vistazo a su ficha.
FICHA BÁSICA:
- Nombre: Maeva Nieto Piñero
- Ciudad de nacimiento: Leganés
- Ciudad de residencia: Leganés
- Datos de contacto:
- Twitter: @KimiSurrealist
- Instagram: maevanieto
- Obras publicadas: El buscador de estrellas (Hela, 2019), La alquimia secreta de las almas (Literup, 2020) y De tinta y esperanza (Selecta, 2020).
- ¿Alguna favorita?: A las tres les tengo muchísimo cariño por algún motivo. El buscador de estrellas fue la primera, eso siempre la hará especial. De tinta y esperanza llegó por sorpresa y es el la que más de mí misma puse porque necesitaba soltar muchas cosas. Y puede que de la que más orgullosa esté a nivel narrativo y de trama sea La alquimia secreta de las almas, así que no sé con cual quedarme.
TRABAJOS:
Has publicado tres novelas en muy poco tiempo 🙂 Empecemos por la primera, El buscador de estrellas. ¿Qué nos puedes contar sobre el libro?: Este libro nació por la necesidad que tenía de terminar algo. Llevo muchos años escribiendo, pero siempre abandonaba todos mis proyectos, eso me frustraba mucho y sentía que nunca iba a lograr publicar. Necesitaba acabar una historia, aunque fuese una cortita y no sentir que mis esfuerzos no servían para nada. Ahora el libro publicado no se parece en nada al borrador de 2018, prácticamente lo reescribí entero tras los primeros rechazos editoriales. Y me alegro, porque ahora estoy mucho más satisfecha con el resultado.
Háblanos un poco del personaje de Vanja. Es la primera vez que leo una obra con un personaje no binario. ¿Qué ha supuesto para ti representar este tipo de personaje?: Vanja es uno de los personajes que más he disfrutado nunca escribiendo por muchas razones, por lo que se ha convertido en uno de mis favoritos. Que sea género no binario es algo que a nivel de creación personaje no supuso ningún cambio, dado que el género no es algo que modifique un personaje, su carácter o características (o al menos no debería hacerlo). El reto fue más bien en el uso del lenguaje y el léxico. En los primeros capítulos tuve que andar con pies de plomo porque no quería que aparecieran marcas de género y algunas veces era bastante complicado, tuve que reestructurar bastantes frases para esquivarlas. A medida que pasaban las páginas se iba haciendo más mecánico y sencillo. Y benditos sean los diccionarios de sinónimos, si buscas bien siempre hay alguna palabra neutra que te sirve, algunas realmente bellas como: valiente, brillante…
¿Cómo crees que debería plantearse la representación de estos colectivos minoritarios (LGTB, géneros no binarios, etc) en la literatura actual? : El mundo es un lugar muy diverso, existen infinidad de realidades, sin embargo, desde hace siglos en la ficción solamente se ha utilizado una pequeña parte de ellas y las demás se han usado como complementos, muchas veces cayendo en el cliché. Es una cuestión de justicia que el resto de puntos de vista que han sido deliberadamente olvidados se representen. Las personas tenemos diferentes géneros, sexualidades, condiciones físicas, mentales y emocionales. Incluir esta variedad siempre enriquece y, por mucho que haya quienes no quieren verlo, acerca la ficción más a la realidad.
Lo primero es tener claro si lo que quieres es visibilizar o normalizar, como el cocodrilo y el caimán, se parecen pero no son igual. Visibilizar es incluir a un personaje con ciertas características en tu historia, normalizar es ir un paso más allá y mostrar que esa característica no define al personaje. Poniendo a Vanja de ejemplo, el hecho de que sea agénero está totalmente normalizado y no condiciona en ningún momento el comportamiento de los demás Por otro lado, la sordera no está normalizada y sí lo hace.
A veces da un poco de miedo representar realidades que no son la tuya, pero todo el mundo puede hacerlo. Para mí lo más importante es la empatía para entender qué cosas están bien y cuales son estereotipos dañinos. Y, por supuesto, buscar alguien que te aconseje ante las dudas, cuantas más personas mejor, porque no todo el mundo, ni siquiera dentro de un mismo colectivo, tiene las mismas experiencias.
Después de El buscador de estrellas has publicado muy seguidas una novelette y una novela romántica que, aunque tienen elementos de fantasía, se desarrollan en lugares y épocas reales. ¿Prefieres utilizar localizaciones conocidas o inventarte tus propios mundos?: Pues lo cierto es que me encanta usar lugares reales, se podría decir que tengo cierta predilección por ellos ya que la mayoría de mis historias transcurren en lugares que existen o que podrían existir. Aunque también me divierte muchísimo crear mundos nuevos, ponerles una cultura, una economía e incluso un sentido de la estética. Supongo que siempre depende de la historia que quiera contar. Cada ambientación tiene sus cosas buenas. Si te sitúas en un sitio real tienes muchas cosas hechas, por así decirlo, pero tienes que documentarte mucho en especial si es una ambientación histórica. Si creas un mundo nuevo lo que usas es más la creatividad, aunque eso no es excusa para no informarte nada de nada sobre algunos temas. Ante todo, el mundo que elijas tiene que ser coherente con la historia que quieres contar.
En el blog he reseñado ya La alquimia secreta de las almas. Quiero más detalles 😁 ¿Cómo te documentas para recrear la Salamanca del s.XIX?: Todavía tengo pesadillas con la corrección de los anacronismos. Me despierto en medio de la noche empapada en lágrimas gritando: “¡EL HOSPITAL ESTABA RECIÉN REFORMADO!”. Bueno, exagero, pero fue un trabajo muy arduo por parte de todo el equipo. Por mi parte, lo primero que hice fue buscar un mapa. Estoy obsesionada con los mapas. Cuando ambiento algo en un sitio real necesito tener claro dónde están mis personajes en todo momento, qué tienen cerca y cuánto pueden tardar en llegar de un lado a otro. También me informo sobre qué edificios existían y cuáles no. Al principio quería que salieran los Jardines de Melibea en el libro, pero no pudo ser porque no fue hasta los ochenta que se reformaron.
Podría resumirlo en que primero hice una lectura general para situarme y saber cosas básicas. ¿Cómo de grande era la ciudad? (Para eso era el mapa). Si era una ciudad con mucha diferencia de clases sociales. Por dónde se movía la gente con dinero… También busqué muchas fotos. Luego, cuando ya estaba escribiendo, iba haciendo búsquedas según me surgían las dudas. ¿Había cañerías en esta época? O incluso cosas del tipo: ¿los lápices tenían ya goma de borrar en la parte de atrás? (La respuesta es sí).
Y para acabar… La terrible parte de LA CORRECCIÓN DE ANACRONISMOS. Da igual cuanto te informes y cuantos mapas tengas, siempre hay algún anacronismo que tienes que cambiar un día antes de entregar la maqueta a imprenta. Real como la vida misma que eso fue así. El domingo anterior a mandar el libro a que se imprimiera recibí un mensaje de mi querida editora diciéndome que había que cambiar una escena porque el hospital de Salamanca estaba recién reformado y no como lo había descrito. Ahora me rio al recordarlo pero en ese momento quería tirarme por la ventana.
Si en El buscador de estrellas dabas visibilidad a un colectivo tan poco representado como las personas de género no binario, en este caso te centras en personas con enfermedades discapacitantes. ¿Tenías ya la idea o la desarrollaste específicamente para el proyecto Válidas de Literup?: Como pasó con El buscador de estrellas, desde siempre me ha gustado incluir personas con diversidad funcional en mis historias porque desde pequeña he notado la invisibilidad que tienen en la ficción, así que Proyecto Válidas estaba hecho para mí. Aunque no lo hubiera hecho para Válidas, muy probablemente, hubiesen tenido una enfermedad discapacitante aunque quizá no las mismas.
La trama general sí la tenía pensada y llevaba un tiempo dándole vueltas. Me acuerdo que el día que salieron las bases de la convocatoria yo estaba en Granada de vacaciones con mis amigos y al leerlas les dije: “chicos, necesito enfermedades discapacitantes para una cosa”. Y además fue una de mis amigas la que me dio la idea del estrabismo.
¿Cómo se te ocurrió utilizar el estrabismo? Es algo muy poco frecuente. ¿Cómo te documentaste para ello, recurriste a lectores de sensibilidad?: Fue una de mis amigas la que me dio la idea del estrabismo. Hablando del tema me dijo que por qué no incluía a alguien con problemas de visión. Yo le contesté que es que en la convocatoria anterior dos de las tres novelettes estaban protagonizadas por gente con ceguera. Ella, muy sabia, me recalcó que no todos los problemas de vista son ceguera. Así que de ahí vino la idea.
Decidí que Iván, el personaje con baja visión, fuese completamente ciego de un ojo a causa del estrabismo ya que en esa época no había operaciones para corregirlo. Y lo elegí así porque, la mayoría de las veces, cuando escribimos sobre diversidad funcional también tendemos a hacerlas “estéticas” por decirlo de alguna forma. Los ojos de las personas con ceguera o baja visión son muy diversos a su vez, pero en la ficción se presentan muy normativos, a veces solo con cataratas o ligeramente opacados. No se ven otras realidades. Así que quería que Iván tuviese una de esas miradas en la ficción se suelen ocultar.
Para documentarme sobre todo leí mucho sobre todos los tipos de estrabismo que hay, sus causas y las complicaciones que pueden tener. Hay algunos que no afectan a la visión, otras personas pueden ver doble… Y sí que tuve ayuda, en este caso mi querida Irati Egaña me resolvió bastantes dudas en cuanto a representación.
¿Podrías elegir un personaje favorito de la novela? ¡Venga, mójate! 😝: Pero qué cosas me preguntas quiero mu… Sebastián. O sea, lo siento, gente. Pero es que mi Sebastián, el más guapo de mis hijos, mi niño triste, es que le quiero mogollón. No os equivoquéis, quiero mucho a Iván que es un sol, pero… Sebastián y sus comeduras de cabeza. Ese sarcasmo que tiene. No puedo evitarlo. He de decir que también me encanta Atalanta, creo que es, de lejos, la mejor villana que he escrito.
En tu otra novela, De tinta y esperanza, mezclas el Nueva York de 2010 con el Madrid de 1950. ¿Es difícil escribir de dos épocas y lugares tan diferentes? ¿Elegiste esos años por alguna razón específica?: La verdad es que sí es complicado, sobre todo porque nunca he estado en Nueva York y se nota mucho. Me era muchísimo más sencillo situarme en la trama de Justo pese a ser en la posguerra que en la de EEUU.
Al principio no iban a ser esos años. La trama de Hope era la que iba a ser de los años cincuenta mientras que con Justo me iba a finales del XIX. Había elegido esos años como homenaje a dos de mis libros favoritos: La campana de cristal y El árbol de la ciencia respectivamente. Pero hablando con mi editora nos dimos cuenta de que los temas que queríamos tratar (en especial en el caso de Hope) tenían un enfoque demasiado actual como para que resultase creíble. Así que probé a cambiarlos y lo cierto es que me quedé más satisfecha porque me sentía más cómoda.
En esta novela pasamos de las enfermedades físicas a las mentales. Hope es una chica víctima de acoso en el colegio y que tiene problemas de ansiedad. El otro protagonista, Justo, sufre depresión. ¿Qué tal crees que se representan estos problemas en la literatura juvenil actual? ¿Crees que se les da suficiente visibilidad, que están bien tratados?: Por suerte cada vez hay más conciencia sobre estos temas, en especial gracias a autores jóvenes, y la representación cada vez es mejor. Aun así, todavía abundan tramas llenas de tópicos y clichés dañinos para quienes sufren estas enfermedades. Sobre todo, en el caso de la depresión hay muchísima romantización. La mayoría de veces se limita a personas ligeramente tristes que no presentan ningún otro síntoma que ese. Y que, para colmo, o se curan gracias al poder del amor sin terapia ni nada, o acaban en suicidio. En cuanto a la ansiedad no recuerdo ningún libro (que no sea de los últimos años) en el que siquiera se la mencione.
Así que no, creo que no se le da suficiente visibilidad, todavía existe muchos estigmas y muchas ideas que banalizan dos enfermedades que por desgracia son de las más abundantes en la actualidad.
¿Qué les dirías a las personas que te lean y que puedan verse reflejadas en alguno de los protagonistas?: Que no se avergüence de lo que siente. No eres débil por tener ansiedad o depresión, vivimos en un mundo que nos consume y no es nuestra culpa tener heridas mentales igual que no es nuestra culpa tener físicas. Eres mucho más que tu tristeza o que tu ansiedad. Eres mucho más que lo que te haya hecho ese daño. Grita y llora todo lo que necesites. Hasta que te escuchen. Y como dije, no desaparezcas.
A pesar de que has publicado estas dos novelas tan seguidas, seguro que tienes otros proyectos en marcha, ¡cuéntanos!: Se vienen cositas, jajajaja. No puedo adelantar demasiado porque ya sabéis cómo van estas cosas, pero en 2022 voy a sacar una novela que me muero de ganas de verla en papel. Es la historia que probablemente más he disfrutado escribiendo porque tiene un tono mucho más alegre (ya habéis notado que mis novelas tiran a melancólicas). Y como no sé qué puedo adelantar solo contaré que tiene 85.000 palabras, magia y señoras sáficas. [¡COMPRO!]
Por otro lado, acabo de empezar a escribir una novela por encargo, espero que salga bien. Aunque la trama es completamente mía lo cierto es que la noticia me vino de pronto y no estaba para nada preparada. ¡Ninguno de mis proyectos en marcha encajaba con lo que pedían! Pero, ahora que la tengo más o menos escaletada me lo estoy pasando genial con ella también.
Y, como siempre, pues dando vueltas a otras ideas que van y vienen. Nunca paro la verdad. Es probable que alguna la escriba con la idea de autopublicar, me hace mucha ilusión probar a hacerlo.
TU YO ESCRITOR:
Brújula o mapa: Mapa porque si no sé a dónde voy no avanzo, aunque el camino siempre tiene desvíos y no me da miedo aventurarme por ellos.
Escribes en silencio o con música: Con música. Ahora me he aficionado mucho a la ópera porque no me canso de ser repelente. Aunque entre que carga el reproductor a veces me meto tanto en la historia que se me olvida dar al play.
Género favorito para escribir: Fantasía y romance, sobre todo. Con ambientación histórica mejor que mejor.
Lugar más extraño en el que has escrito: la fiesta en la que me llegó la inspiración y tuve que ir corriendo a buscar mi bolso para escribir la escena.
Fuentes de inspiración: La música me inspira mucho. También las leyendas antiguas que esconden las ciudades
Una manía de escritora: Los personajes principales de una historia no pueden tener nombres que empiecen por la misma inicial.
TU YO LECTOR:
Género favorito para leer: Va por rachas, ahora estoy tirando algo más a la histórica, me apetece. Pero sobre todo leo fantasía.
Ahora mismo estás leyendo: Las mareas negras del cielo de Neon Yang
Libro de tu infancia que recuerdes con más cariño: El jardín del dragón púrpura de Carole Wilkinson, me fascinó de una manera increíble, y eso que era el segundo libro de una trilogía y no había leído el primero.
Un clásico que quieras recomendar: El saludo de las brujas de Emilia Pardo Bazán.
Y un autor actual: Mi admiradísima Concepción Perea.
¿Marcapáginas o esquinas dobladas?: Marcapáginas, además cualquier cosa sirve como uno.
¿Ebook o papel?: Normalmente papel, pero ahora que tengo una tablet estoy empezando a leer en digital. ¡Y también me he aficionado a los audiolibros!
¿Rincón favorito para leer?: Mi escritorio justo enfrente de la ventana, cuando da el solecito es una gozada.
RONDA COTILLA:
Un color: El amarillo como el sol
Una comida: Lentejitas
Día de la semana: El viernes cuando tienes todo el finde lleno de posibilidades
Mar o montaña: Mi corazón geológico dice montaña, pero me encanta el mar
Dulce o salado: ¡Dulce! Soy muy golosa.
Tortilla de patatas con o sin cebolla: Si me dan a elegir, con cebolla. Pero no le haré ascos tampoco si no la lleva.
Agua con o sin gas: SIN GAS, por favor, no soy un monstruo
Un hobby que no tenga que ver con los libros: Me gusta mucho hacer manualidades y ahora que he aprendido a pintar con acuarela he descubierto que me encanta.
¿Deporte?: He de confesar que no soy muy deportista que se diga… ¿El ajedrez cuenta?
¿Mascotas?: Sí, tengo dos pequeños monstruos gatunos llamados D’Artagnan e Iris.
Un dato curioso sobre ti: soy muy testaruda y hago las cosas a mi modo. Tanto es así que mi novio me llama “cabritilla loca” porque cuando se me mete algo entre ceja y ceja no escucho a nadie.
Hasta aquí la ficha de Maeva Nieto. Muchas gracias por tus completísimas respuestas y por someterte a nuestro cuestionario cotilla 😊 ¡Bienvenida al Bosque de la Bruma Verde!
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