Hoy voy a hablarte de recuerdos. De uno de esos libros que lees siendo niño y del que no te olvidas nunca. Tengo varios de esos, de los que guardas con un cariño especial. Uno de ellos es Un agujero en la alambrada.
Siempre he sido una devoradora de libros, desde pequeña. De niña leía muchísimo, y tengo aún estanterías repletas de libros para demostrarlo.
Una de las estanterías de mi habitación de niña está dedicada a la colección El Barco de Vapor. Para los que no la conozcáis (si es que hay alguien), es una colección de libros infantiles clasificada por colores según la edad recomendada. La serie blanca era para los primeros lectores, 6-7 años; la serie azul, a partir de 7 años; la serie naranja, a partir de 8; y por último, la serie roja a partir de 10 años.
Yo nunca tuve libros de la serie blanca; alguno de mis hermanos pequeños sí. Estos y los de la serie azul los donamos a la biblioteca del colegio cuando nos hicimos mayores. Los de las series naranja y roja son los que aún llenan la estantería de mi habitación.
Entre esa pila de libros está Un agujero en la alambrada, de François Sautereau. La obra se publicó en 1977 y dos años después ganó los premios Prix Futurible y Jane Adams.
Sinopsis
Grisón es un niño huérfano que vive en un pequeño pueblecito al borde del bosque Epnoi. El acceso al bosque esta prohibidísimo y la zona estrictamente vigilada. Los gendarmes impiden el paso a todo el mundo. Sin embargo, la curiosidad de los niños del pueblo es demasiado fuerte y cada vez que tienen oportunidad intentan burlar la vigilancia. ¿Qué descubrirán en el misterioso bosque, más allá de la alambrada?
Acción, aventura, emoción, intriga
Desde la primera vez que leí Un agujero en la alambrada (después ha caído como mínimo media docena de veces más), el libro me entusiasmó. ¡Es que tiene de todo!
Ya el punto de partida, entrar en una zona prohibida del bosque, hará las delicias de cualquier chaval un poco revoltoso. Pero es que además de la emoción que supone internarse en el bosque sin ser descubiertos, la historia tiene varios puntos que te mantienen intrigado hasta que se descubre el misterio. Porque, por ejemplo, ¿a santo de qué un hombre se tira meses haciendo un agujero enorme en mitad del pueblo y de repente, de un día para otro, lo tapa?
Personajes entrañables
El protagonista de Un agujero en la alambrada es Grisón, un chico adoptado que vive en un pequeño pueblo de la Francia rural. Junto a él conoceremos a toda la pandilla del pueblo, los que traen de cabeza a los gendarmes intentando colarse en el bosque. Es precisamente uno de esos gendarmes, el cabo Beauras, uno de los personajes que más me gustan de la novela. Un adulto que hace su trabajo sin entender muy bien por qué, y que poco a poco va cuestionándose las cosas. Muchos adultos deberían aprender de él hoy en día.
Un agujero en la alambrada: lo que hay más allá
El misterio que encierra el bosque y su alambrada es algo que te mantiene pegado a las páginas del libro. Poco a poco, avanzando un paso cada vez, el autor te va acercando al gran momento, cuando se descubre la verdad. Y qué verdad.
Por aquel entonces no lo sabía, pero hoy puedo decir que el libro es una distopía. No quiero contar más por si a alguien le apetece leerlo. Pero sí os diré que lo que hay al otro lado de la alambrada, y lo que supone para los protagonistas, me gustó mucho.
Uno de los libros que me hizo amar (más) la lectura
No sé si fue porque era uno de los primeros libros que leía con personajes de carne y hueso, y más o menos de mi edad (la edad que tenía la primera vez que leí el libro, vamos). O porque mostraba un mundo real, pero que no era lo que parecía. O porque el autor supo mantenerme intrigada desde el principio hasta el final. O por los giros argumentales. El caso es que adoro este libro. Gracias a él pasé de los cuentos de niños pequeños a los «libros de mayores».
Creo que la próxima vez que vaya a mi antigua casa lo cogeré de la estantería.
¿Conocíais este libro? ¿De qué libro de vuestra infancia guardáis mejor recuerdo?
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Te has puesto a pensar que puede ser un spin off de «Un Mundo Feliz»
Si te digo la verdad… no he leído Un mundo feliz aunque leyendo la sinopsis, sí que tienen cosas en común 🙂