Hace unas semanas te hablé de Paris y Helena. ¿Qué hay de real en la historia de Troya? ¿Es todo pura ficción o existió de verdad?
Homero, el autor de la Ilíada, vivió en el siglo VIII a.C. Los antiguos griegos creían que los hechos narrados en el poema, la guerra de Troya, tuvieron lugar entre los años 1194 y 1184 a.C. Se cree que algunos de los personajes que aparecen en el poema, así como el conflicto mismo, sí pudieron ser reales.
Lo que cuenta la mitología
Según la mitología griega, la familia real troyana es descendiente directa de Zeus. El dios del rayo tuvo un hijo con Electra, Dárdano, que fundó Dardania. A su muerte, el reino pasó a su nieto Tros. Fue un hijo de Tros, Ilo, quien fundó Ilión, nombre con el que se conocía a la ciudad de Troya.
Los famosos muros que protegían la ciudad de Troya fueron obra de Apolo y Poseidón. Cuando no recibieron el pago convenido por ellos, el dios del mar envió un monstruo que asoló la zona. Un oráculo vaticinó que, para librarse de él, el rey Laomedonte tendría que sacrificar a su hija Hesíone, a la que encadenó a una roca. Fue Heracles quien, con ayuda de Atenea, liberó a Hesíone y acabó con el monstruo.
Pero Laomedonte también quiso timar a Heracles con el pago convenido, así que este reclutó un ejército de voluntarios y saqueó la ciudad de Troya. Heracles mató al rey y a sus hijos, excepto a uno: Podarces. Hesíone, que fue entregada al griego Telamón como recompensa, pudo elegir un prisionero para llevarse, y eligió a su hermano Podarces. Heracles, sin embargo, dijo que tendría que convertirse primero en esclavo y ser rescatado. Hesióne pagó el rescate entregando su velo de oro y liberó así a Podarces, que empezó a llamarse Príamo, que significa «rescatado».
Fue durante el reinado de Príamo cuando tuvo lugar la guerra de Troya.
La verdad de la historia de Troya
Troya en las fuentes históricas
Según las investigaciones, Troya fue una ciudad habitada desde el III milenio a.C. según consta en documentos hititas. Estos documentos han sido datados entre el s. XIV a.C y el 1215 a.C. por lo que sabemos que la ciudad existía ya en una época anterior.
En las fuentes egipcias más antiguas no se han encontrado menciones a la ciudad de Troya, pero la famosa lista de faraones de Manetón sí menciona su caída, que sitúa entre los años 1188 y 1186 a.C., lo que coincidiría aproximadamente con las fechas que consideraban los griegos para el desarrollo del conflicto.
La historia de Troya continúa con la llegada de los primeros griegos a la Tróade, que, según diferentes teorías, se produjo entre el 900 y el 700 a.C. Por entonces, y hasta el siglo III a.C., Troya era una ciudad menor que pertenecía al imperio lidio. Posteriormente fue conquistada por los persas. Hay diversas menciones a la ciudad en la obra de Heródoto y Estrabón, que relata la visita que Alejandro Magno hizo a la ciudad en el año 360 a.C. para honrar a Aquiles.
Para los romanos, Troya fue una ciudad muy importante por motivos ideológicos o políticos. No en vano se hizo entroncar la fundación de la ciudad con la figura de Eneas, un semidios que sobrevivió a la guerra de Troya y escapó hasta el Lacio. Según la tradición, de él descienden Rómulo y Remo. Julio César visitó la ciudad que consideraba «cuna de su pueblo» en el año 48 a.C.
Hacia el año 500, un terremoto asoló con los edificios más emblemáticos de la ciudad. Aunque continuó siendo habitada hasta el s. XIII, su existencia cayó en el olvido. Después de la caída de Constantinopla, en 1453, la colina sobre la que se asentaba Troya pasó a llamarse Hisarlik, nombre con el que se conoce en la actualidad a las ruinas de la ciudad.
Troya en la arqueología
En Hirsalick comenzó a excavar el famoso arqueólogo Heinrich Schliemann, que encontró unas ruinas que consideró que se correspondían con la Troya homérica.
En realidad, posteriores excavaciones han demostrado la existencia de nueve ciudades superpuestas, que se identifican con números romanos en orden de antigüedad. Los arqueólogos actuales consideran que Troya VI y Troya VII podrían ser la Troya de Homero.
De Troya VI (1700-1300 a.C.) destaca la gran fortaleza, preparada para sobrevivir a un prolongado asedio, y sus enormes murallas, de 6m de alto y 5m de grosor. Esta ciudad no presenta signos de haber sido destruida en una guerra, sino por un terremoto, que destruiría el palacio en torno a 1300-1250 a.C.
De aquí surge una teoría muy curiosa: que el famoso caballo de Troya fuera una metáfora empleada por Homero para referirse a Poseidón, dios del mar y de los terremotos. Así, el caballo representaría el terremoto que, efectivamente, destruyó la ciudad.
Troya VII (1300-900 a.C), por su parte, sí muestra signos de haber sido escenario de una batalla. En concreto, en lo que se conoce como Troya VIIa (1200 a.C.) se han encontrado restos carbonizados, esqueletos, armas y depósitos de guijarros (interpretados como municiones para las hondas). Además, coincidiría con las fechas en las que se supone que tuvo lugar la batalla narrada por Homero.
Así que, sí: la ciudad de Troya existió 😁 Y es cierto que sufrió un asedio y una guerra. Quizá algún día se pueda demostrar la participación de Aquiles 😜
Pingback: El mito de Aquiles - Pilar Martín Arias - El Bosque de la Bruma Verde