La historia de Paris y Helena es una de las más famosas de la mitología griega. ¿Conoces los detalles?
Quiénes eran Paris y Helena
Paris
Paris fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y hermano de Héctor. Creció alejado de la corte, puesto que su madre, la reina Hécuba, tuvo un sueño en el que se profetizó que tendría un hijo que acabaría con la ciudad de Troya. Los reyes entregaron al niño a uno de sus esclavos, Agelao, para que lo abandonara en el monte Ida. En el último momento, Agelao se apiadó de Paris y decidió criarlo como si fuera su hijo.
Así, Paris creció como un simple pastor. Era conocido como «el de la apuesta figura». Era guapo, fuerte y se le daba muy bien la música.
Helena
Helena de Troya en realidad era Helena de Esparta. Es considerada hija de Zeus, que sedujo a Leda el mismo día que esta yació con su esposo. De aquellas uniones nacieron cuatro hijos: Helena y Pólux, hijos de Zeus, y Clitemnestra y Cástor, hijos de Tindáreo (aunque normalmente se considera a Cástor y Pólux gemelos).
En su juventud Helena fue raptada por el héroe Teseo y su amigo Pirítoo. El héroe griego llevó a la chica a Atenas, pero no les dejaron entrar en la ciudad, por lo que Helena se quedó con la madre de Teseo mientras él y su amigo iban al Hades a raptar a Perséfone (apuntaban alto, los chavales). Mientras estaban en el Hades, Cástor y Pólux rescataron a Helena.
Cuando le llegó la hora de casarse, Helena tenía un montón de pretendientes, todos reyes y príncipes importantes. Su padre (el humano, Tindáreo) temía que su decisión desembocara en un conflicto, así que aceptó el consejo de Odiseo (que accedió a echarle un cable a cambio de casarse con su sobrina, Penélope): todos los pretendientes debían jurar aceptar la decisión sobre quién sería el esposo de Helena, y además acudir en su ayuda en caso de que ella fuera raptada.
Tindáreo eligió como esposo para Helena a Menelao, rey de Esparta, hermano de Agamenón, que estaba casado con su otra hija, Clitemnestra.
El juicio de Paris y su regreso a Troya
Un día, la diosa de la discordia, Eris, decidió organizar un concurso de belleza en el Olimpo. A la diosa más bella le entregaría una manzana de oro. En el concurso participaban Hera, Atenea y Afrodita. Ningún dios se atrevía a tomar la decisión, así que Zeus eligió a Paris como juez del concurso.
Cada una de las diosas prometió algo a Paris a cambio de ser la elegida: Hera le prometió gobernar en todo el mundo; Atenea, ser invencible en la guerra; Afrodita le prometió entregarle a Helena, la mujer más bella del mundo. El chico eligió a Afrodita, que se convirtió en su protectora.
Príamo celebraba todos los años unos juegos fúnebres en honor de su hijo «desaparecido». Un año, a aquellos juegos se presentó Paris, que venció incluso a los príncipes troyanos. Estos, enfurecidos por haber sido derrotados por un simple pastor, quisieron matarlo como venganza. La princesa Casandra, otra de las hijas del rey Príamo y famosa por sus dotes adivinatorias, los detuvo al reconocer en Paris al hijo perdido de Príamo.
El rapto de Helena
Reintegrado en la corte troyana, Paris se dispuso a realizar un viaje por toda Grecia. Una de sus paradas fue Esparta, donde reinaban Menelao y su esposa, Helena.
Aquí es donde las fuentes discrepan. Unas dicen que Paris secuestró a Helena y se la llevó a Troya en contra de su voluntad. Otras que, con la ayuda de Afrodita, Helena se enamoró perdidamente de Paris y que se fugaron juntos. Incluso hay una tercera historia: que Hera, como venganza por no haber sido elegida ganadora en el concurso de belleza, creó una imagen fantasmagórica de la reina espartana y que fue esta la que Paris llevó a Troya, mientras que la verdadera Helena se quedaba en Esparta con Menelao.
El caso es que, de una manera u otra, Paris y Helena regresaron a Troya. Los troyanos al principio no querían aceptar a la princesa espartana porque sabían que, de hacerlo, despertarían la ira de Menelao. Pero el rey Príamo asumió los actos de su hijo y, así, Helena de Esparta se convirtió en Helena de Troya.
Por supuesto Menelao decidió tomar medidas y, con ayuda de su hermano Agamenón, rey de Micenas, reunió una gran flota de pueblos griegos que partieron para recuperar a Helena. Había dado comienzo la guerra de Troya.
¿Conocías la historia de Paris y Helena?
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