La constelación de los dragones

La Constelación de los Dragones

Hoy traigo la reseña de La Constelación de los Dragones, novela de fantasía escrita por Maribel Abad y publicada por Onyx. Desde ya os digo que se va directamente a mis lecturas favoritas del año.

Sinopsis

¿Se puede progresar en la vida cuando uno no sabe quién es? En el mundo mágico de Arcálie no, pues magia e identidad van cogidas de la mano, y el que no encuentra su poder está condenado a la exclusión.

Esto lo descubren Finthan Fideri y sus amigos cuando salen de su bosque por primera vez para entrenar como Ojeadores. Más allá de las murallas de su Títhame natal, se encuentran con la realidad de que la vida en Arcálie es mucho más peligrosa de lo que ellos habían imaginado siempre.

Que el poder de Finthan sea el de caminar hacia lo perdido hace que este se proponga hallar a Gwendelan, la desaparecida Alta Hechicera. Esta búsqueda les llevará a descubrir que las leyendas pueden convertirse en realidad.

Un mundo donde nada es imposible

Lo primero que quiero destacar es la maravilla de mundo que ha creado la autora. A pesar de haberse inspirado en tradiciones celtas y en cuentos de hadas, el resultado final que encontramos en La Constelación de los Dragones es un universo muy original. Y es un mundo diseñado al detalle: razas, lenguaje, flora y fauna, leyendas… confluyen en un todo que se va mostrando al lector poco a poco, con pinceladas y detalles que hacen que te sientas sumergido en este universo desde el minuto uno.

En Arcálie conviven en una casi perfecta armonía las tres razas: fae, arcálenos puros y eskei. Cada una de ellas tiene un poder específico de su raza. Pero, además, cada niño nace con un poder particular, innato, que necesita de una piedra personal para poder desarrollar completamente. Esta es la premisa sobre la que se fundamenta una parte de la historia.

En el mundo de Arcálie nada es imposible. Y en el mundo de Arcálie nadie puede hacer ningún mal, so pena de verse afectado por el Castigo Primigenio. Pero nada es tan idílico como parece, y poco a poco iremos descubriendo conflictos que poco tienen que ver con ese mundo ideal.

Personajes de La constelación de los Dragones

Otro punto muy logrado en La Constelación de los Dragones es la construcción de sus personajes. A pesar de la cantidad de ellos que hay, la autora ha conseguido de forma magistral dotar a cada uno de unas características y una personalidad completamente diferenciadas y, lo que es más importante, llenas de matices.

El protagonista absoluto de la historia es Finthan Fideri, un Fae que nace con un poder que nadie más posee: es el Caminante, el que camina hacia lo perdido. A lo largo de la novela veremos cómo Finthan, como buen adolescente, reniega de un poder que parece no valer para nada. Pero poco a poco aprenderá a utilizarlo y se convertirá en indispensable para la misión que, parece, se le ha encomendado desde su nacimiento: encontrar a la desaparecida Alta Hechicera, Gwendelan.

Junto a Finthan, el peso de la historia lo lleva su más que amiga Naiatri. Aparte de ver cómo progresa su romance adolescente, el hecho de que Naia sea Eskei permite a la autora introducir de forma sutil temas tan importantes como el racismo y los prejuicios contra las uniones interraciales.

La Constelación de los Dragones: personajes
Alleas, Glim, Finthan, Naiatri y Azasha

Junto con Finthan y Naiatri, otros tres personajes completan el grupo de cinco Ojeadores en prácticas:

Glimglar es la hermana pequeña de Finthan. Como él, nació con un poder desconocido. Ella es Escudo de Luz. Tampoco le hace mucha gracia ser la que tiene que proteger al que debe llevar a cabo la misión de encontrar a Gwendelan, pero poco a poco veremos cómo desarrolla este poder. Es una chica muy callada, muy reservada, y que estoy segura de que esconde mucho más de lo que parece.

Azasha es la Asesina. Es uno de los personajes que más me ha gustado: es una chica resuelta, algo ruda, pero muy alegre y divertida. Sus expresiones particulares, aprendidas de su abuelo, le da un punto muy original. Su contrapunto es Alleas, el Pacificador. Alleas es un ser entrañable, el típico buenazo que recibe todos los palos y que no pone mala cara por nada.

Aparte de nuestros cinco Ojeadores, en el libro conoceremos a Inami, una arcálena huérfana que no recuerda nada de su pasado y que no tiene ningún poder. Al sentirse identificado con esta falta de magia, Finthan tratará de ayudarla a encontrar a su familia.

Junto a todos estos personajes, un elenco de secundarios nada desdeñable, entre profesores, alumnos y padres, acompañarán a nuestros protagonistas a lo largo de sus aventuras por Arcálie.

La única pega que puedo encontrarle es que en un primer momento cuesta un poco hacerse con tanto nombre y puede resultar un poco confuso, pero enseguida te haces con los principales y es fácil seguirles la pista.

Una trama con múltiples hilos de los que tirar

Otra de las cosas que me ha maravillado de La Constelación de los Dragones es la habilidad de la autora para ir abriendo tramas y subtramas que se van entrelazando y de las que va dejando sutiles pistas (a veces demasiado, ¡hay que leer con mucha atención para no perderse nada!).

Los misterios e incógnitas que se plantean desde un primer momento van multiplicándose a medida que avanza la historia. Algunas piezas van encajando, mientras que otras no hacen más que llenarte de nuevas hipótesis y dudas. Con todo esto lo que Maribel Abad consigue es una historia interesantísima llena de misterios que te mueres por descubrir.

Algunas de estas incógnitas serán desveladas en este libro. Para otras… tendremos que esperar a su continuación.

Un punto extra de originalidad

Quiero destacar, por último, una de las cosas que me han parecido más originales del libro: el narrador.

Nos encontramos con un narrador testigo, al que los chicos no ven pero que parece estar constantemente con ellos, y que nos va narrando lo que sucede. A veces nos informa de que las cosas que nos cuenta se las relataron los protagonistas mucho después. Otras veces, parece callar cosas que sabe y que no quiere que descubramos… Un narrador poco fiable que, en la lectura conjunta que hemos realizado, ha dado pie a múltiples hipótesis con las que hemos disfrutado de lo lindo.

Y a todo esto hay que sumarle la delicadeza y preciosidad de la escritura de Maribel Abad. Sin caer en lo recargado, la autora consigue recrear una atmósfera llena de color y de aromas, de susurros en los árboles, de movimientos delicados y saltos imposibles. Una auténtica delicia que últimamente no es fácil encontrar.

Era un silencio invernal: blanco neblinoso, de eco sonoro y helado, que sabía a castañas y olía a hoguera.

En resumen, como ya anticipé, La Constelación de los Dragones se ha convertido en una de mis lecturas favoritas del año. Si tienes la oportunidad, no dudes en leerlo. Si te gusta la fantasía, lo vas a disfrutar. Yo espero ya con ansias la segunda parte 😊

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